miércoles, 14 de noviembre de 2012

Tenis

Del Potro preparandose para el 2013

JM se probó ante los top, rindió y volvió a sentirse parte. En el 2013 debe atacar los Grand Slam, y estará en una feroz pelea entre cinco por el Nº 1.

Es cierto que el lungo mide 1,98 metro e impresiona por su altura. Sin embargo, aún le quedan varios metros para llegar a su techo. Hablando en términos tenísticos, obvio... Por más positivo que haya sido el 2012 para Juan Martín del Potro, sabe que su potencial le exige pelear arriba. Su objetivo de alcanzar el número 1 del mundo es una posibilidad concreta, porque le sobran herramientas. Como puntapié inicial, este año contó con el aporte del importante fogueo contra los mejores del ranking. Combatió al nivel más alto, fue asimilando la máxima intensidad, se reacostumbró al impresionante nivel que sólo unos pocos están aptos a practicar en cada partido. Y saboreó el dulce gusto de triunfar ante los Djokovic y los Federer, demostrando que no fueron circunstancias especiales o hechos aislados: lo hizo frente a las mejores versiones de los top y con un rendimiento soberbio. Cruzó una barrera clave. Ya no debe sentirse inferior a la hora de verlos del otro lado de la red. Acabó con ese complejo.
Ahora bien: la meta de Delpo es la cima del ranking. ¿Cómo se llega? Deberá ganar al menos un Grand Slam, arribar a la final en otro y no bajar de semifinales en los restantes. Esa sería la suma lógica, la misma que, por ejemplo, este año dejó a Novak Djokovic en el 1 del mundo, con el agregado del Masters ganado de manera invicta por el serbio. Y en los Masters 1000 necesita tener protagonismo, ganar el primero de su carrera: en la mayoría de ellos, estar siempre cerca de las definiciones. Para esto deberá tener regularidad, ganar los partidos lógicos y perder contra los que, en teoría, son superiores. No irse de viaje en los partidos Un calendario bien armado, priorizando los torneos que reparten puntos gordos y relegar los ATP 250, sería otro buen aporte a la causa. JM precisa también mantenerse óptimo físicamente, que las lesiones no lo marginen tanto tiempo del tour ni lo obliguen a desertar en los torneos. Claro que las dolencias no se programan...
La vara está muy elevada. La sensación que sobrevulea es que la feroz batalla que se desatará por el Nº 1 será cuestión de cinco jugadores. A menos que emerja un modelo Djokovic 2011. ¿Lo recuerdan? Ese que jugó a la perfección durante gran parte del año y nadie le podía ganar. El circuito quedaría monopolizado. Pero si la pelea es pareja, hay cinco nombres claros. Cinco fieras con un nivel sobresaliente. Porque Djokovic está en gran forma, con su tenis fino y una mentalidad fría; Federer, a los 30, sólo apuesta a regresar a la cima; Murray se sacó el peso de su primer Grand Slam y también se anota; Nadal se tomó el tiempo para volver y lo hará con el hambre que lo caracteriza y Del Potro se les sumará con la peligrosidad de su tenis.
Juan Martín mostró este año un notorio progreso desde el servicio, con el cual lastimó más al lograr continuidad. Tuvo un alto porcentaje con el primer saque y esto lo llevó en cada partido a asegurar, al menos, la definición en la instancia del tie-break. Al sostener su servicio, pasaba toda la presión para el otro lado... Recuperó la faceta defensiva: esa imagen de La Torre corriendo de punta a punta de manera admirable en el fondo, cargando semejante estatura, y bancando como si midiera lo que Nadal o Ferrer. En el ataque suelta golpes que asustan, tales como los del 2009, cuando ganó el US Open. Cuando busca los límites se hace incontenible y es el que más fuerte le pega.
Se viene una temporada promisoria, con un Delpo que promete en serio. Ya aprobó todas las materias en el 2012. Y ahora deberá aplicar la experiencia adquirida para transformarse en el mejor de todos.

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